Mi primer beso
No recuerdo la última vez, solo la primera; no fue especial, no fue mágico, simplemente fue el acto de chocar nuestros labios. Él enamorado, yo aburrida.
¿ Miedo ?
Hay circunstancias que creemos tener miedo, nos escondemos, esperando a que algo transcurra. Mi circunstancia nunca ocurrió, siempre la esperé. ¿El peor de los miedos? Me di cuenta de que el mio no radicaba en algo físico o incluso mental, si no en la ausencia. Si, la ausencia me asustaba, no sentir nada me volvía loca.
Sonrisas
Las sonrisas siempre han abierto puertas, nos han hecho sentir bien e incluso enamorar. A mi particularmente, me gustan las sonrisas invisibles; aquellas que no se ven pero se oyen, aquellas que invaden tu corazón a través de los oídos y no la vista.
¿ Atrapada ?
Mientras veo a la gente seguir sus caminos, airosos, alegres o algunos decaídos por la desesperanza; yo, vivo atrapada. Me he atascado en una encrucijada de la vida, que no me permite ver ni lo que hay detrás ni lo que hay delante. Ojalá supiera como salir, pero incluso mi cuerpo se ha acostumbrado tanto a ello que ya ni me noto atrapada.
Quizás esta encrucijada nunca fue real, quizás solo ... solo si cerrara mis ojos nunca volvería a verla. Eso haré, cerraré mis ojos y caminaré; quizás me caiga por el precipicio o quizás consiga salir de aquí, solo el tiempo lo dirá. Solo el tiempo sabrá que es lo que ocurrirá.
Confía en mi
Se que no soy perfecta, dulce o buena; pero todo lo malo que tengo podría usarlo a tu favor. Podría derrumbar a aquellos a quienes temes, cuidarte con mi cuerpo de lo que más te hiere, deshacerme de todo aquello que odias.
Soy pura destrucción, un arma mortal para todo aquello que te moleste. No tengo cosas buenas, no tengo miedos ni sueños, pero te tengo a ti, a quien quiero proteger... solo confía en mi.
Rutina
Si miras alrededor vez como todo sigue un circulo infinito, que se repite una y otra vez. Reviviendo las tristezas, miedos y desesperanzas; volviéndote un loco entre unos mil.
Ese círculo que te atrapa y condena a la locura, tú única agonía en busca de esperanza, alegrías y cambios; ¿su nombre? muchos la llaman rutina. Ella te mantendrá preso, hasta que tú decidas romper las cadenas que os atan... solo entonces, podrás decir que eres libre; cuando la rutina abandone tu vida o tú la abandones a ella.
Opinión
Nunca pensé que habría algo sobre lo que fuera incapaz de opinar, algo que no me diera ni encaminara a buscar mi propia visión de ello; hasta que este día llego. Llegó el día en que me preguntaron y no supe responder, el día en que no sabía que era lo que yo creía, el día que jamás pensé que llegaría. No son dudas, ni inseguridad, ni falta de conocimiento, ni miedo, ni nada hay que me impida decir lo que realmente quiero, pero, ¿ por qué no hay ni una mera palabra mía al respecto?, ¿por qué ante la búsqueda de mi propia opinión mi mente se encuentra en blanco? Será que no puedo opinar porque no haya nada que opinar, que mi mente colapso de tanto pensar o incluso que tenga que vivir más de la vida para poder alcanzar una respuesta a mi misma.
Ella
Esperando, viendo los coches pasar, la lluvia cae sin cesar. Bajo ella, miradas se cruzan, otras se separan; mientras, ella, contempla como el paso de los segundo hace cambiar el mundo. Curiosa, mira los rostros de aquellos que apenas empiezan su día, mientras, la lluvia roza su rostro empapándolo de realidad en un mundo que para ella es fantasía. Sus labios susurran una dulce melodía al viento, quizás una de esas canciones que escuchó al vivir a lo largo del tiempo.
De pronto, una mirada se posa en ella, examinándola desde la lejanía.
-Me ven- dijo y dibujó una sonrisa en sus labios.
Y tal como apareció, desapareció. Ella, y su misterio, sus cabellos dorados que cubrían sus hombros descubiertos, su vestido azul, a juego con sus ojos, y su mirada perdida por el abismo del día. Todo siguió su transcurso hasta la mañana siguiente, a la misma hora, cuando ella volvió a aparecer.
Adivinanzas
Toda mi vida he jugado a la adivinanzas, jugándome el pellejo, el futuro y el tiempo; de todas esas veces nunca llegue a creer que un día fuera a fallar. Siempre lo arriesgue todo y no me importó. Pero al igual que existe la luna, también existe el sol.
Mi primer error al jugar, nunca lo esperé y menos en un asunto tan banal como lo era para mi el amor. Si, amor, fui ciega y nunca vi que en sus ojos lo único que se veía era mi reflejo.
Mi ventana
Hoy, veo la oscuridad por mi ventana y me asombro ante ella. Nunca he visto noche más oscura que está, en la que las luces ya no alumbran, las sombras se esconden y la luna parece haberse perdido entre las miles de estrellas que surcan el cielo milenio tras milenio. Yo, algo vacía, sonrío al abismo de la nada que vive por tras mi ventana, ingenua y curiosa por lo que habrá más allá de lo que mis ojos alcanzan a ver, más allá de mi ventana.
Postdata
Ser grandes no nos hace fuertes, pero ser fuertes nos hace grandes. ¿En dónde radica la fuerza? Si lo supiera, no me sentiría tan pequeña.
P.D: Hoy no hay nada que añadir.
Quien algo quiere algo le cuesta
Es bien cierto lo que siempre han dicho de que, quien algo quiere algo le cuesta, pero ello no implica que debas sacrificarte al completo por algo o alguien que ni vale la pena. Quiero recordar esto, no volver a hacerlo, pero me cuesta, soy de darlo todo por una única y mínima posibilidad.
Y es así, como me sacrifico a mi misma, y aveces, por nada. Así que, querida yo del futuro, deja de creer en esas pequeñísimas esperanzas de conseguirlo, porque aveces lo único que harás es hacerte daño.
Tener que marcharme
Me dedico a mirar aquellas que serán mis maletas, vacías, si, pero con los días las llenaré, poco a poco, guardando en ellas lo que necesitaré para tan largo viaje. Mis recuerdos, mis esperanzas y algunos cosillas que iré añadiendo. Quizás habrá en ellas más recuerdos que esperanzas, quizás, al final ni consiga llenarlas, pero no me importa.
Y así, impaciente, espero el día de marchar, y así, melancólica, sufro por deber marcharme.
Nunca nadie me prometió que todo fuera a ir bien.
Querido ''Amigo'':
Hace mucho que no se nada de ti, hace tanto que no oigo tu voz... Quería escribirte, pero no he tenido el valor de hacerlo.
Me gustaría decirte muchas cosas, entre ellas un '' te extraño'', '' ¿estás bien?'', pero mi orgullo me lo impide.
Recuerdo que solías desaparecer con frecuencia, dejarme hablando sola, te ibas a tu mundo de fantasía y alejabas de la realidad; y como a la realidad, a mi también me alejaste.
Y ahora me paro a pensar cuando aparecerás, si es que lo haces, porque yo sigo esperando por ti, quizás autoengañándome, pero no puedo evitarlo, aún me aferro a esa pequeña esperanza de que vuelvas a buscarme.
Cierro mis ojos, pensativa me refugio entre mi imaginación, esperando a que pase el tiempo. ¿ Dónde estás?, ¿ aún existo para ti?, son preguntas que me surgen entre suspiros.
LLuvia
Sentada en el banco, oigo el cielo romperse, miro hacia él, viendo como poco a poco empieza a tornarse gris y oscuro. Suspiro para mis adentros, mientras los pájaros vuelan en giros de trecientos sesenta grados, con movimientos rápidos y ágiles, en señal de alerta, pareciera que puedo oírles gritar diciendo '' viene''.
El olor a lluvia llega poco a poco hasta mi, llenando mi aire de un sabor dulce y amargo a la vez, mientras, una luz tenue atraviesa el cielo; los pájaros han desaparecido. Está cerca, tan cerca que rompe toda armonía, pero la espero, tranquila, la quiero cerca.
Te estoy esperando
Aveces me planteo si es real, si de verdad estoy aquí y esta soy yo. ¿Por qué? No es una respuesta que tenga clara...
Puedo ver a través de mis ojos un mundo diferente al resto, no puedo comprender el mundo que me rodea, dudo, me resiento y lloro de agonía por dentro. No sé ya, que forma parte de mis sueños, pesadillas o que es real, ya no sé que está bien y que mal, todo me resulta confuso y agobiante. No quiero vivir así, quiero ser capaz de cambiar lo que veo, quiero dejar de verlo yo sola, que alguien esté aquí, que me ayude y guíe, que me calme de esta irrealidad tan confusa.
Al igual que deseo que alguien esté a mi lado, alejo a todos. Me encierro en una burbuja de cristal mientras por dentro llamo a gritos para que alguien la rompa. Nadie oye mis gritos, nadie ve la burbuja y tampoco mis lágrimas. ¿Por qué me encierro? Necesito que alguien me saque de aquí, que alguien me abrace y diga que todo está bien, que no es nada y que mañana será un día mejor.
Ya no recuerdo la última vez que alguien supo verlo, quizás tenga razón y nunca nadie me verá, quizás si yo no rompo el cristal nadie me verá... pero me he acostumbrado a vivir aquí, a ratos digo sumiéndome en tristezas, pero también cada día mi corazón es más frío.
Temo volverme hielo, controlar a cada segundo mis gestos, emociones y sentimientos, cronometrarlos acorde a la situación, seguir caminando sin pararme hasta tropezar, volver a romperme y seguir.Llegará un momento en el que me autodestruya, y si nadie está allí en ese momento, entonces no sé en que me convertiré.
Se que hay alguien allí que debe llegar, que esa persona significará mucho para mi, así que si tú eres esa persona, ven, te estoy esperando. Y cuando llegues, no olvides que soy difícil, que estoy encerrada, que quizás mis ojos parecieran congelar con la mirada, que me alejaré en cuanto intentes acercarte, pero sobre todo, no olvides que basta con que estés a mi lado pese a que te aleje, que no te rindas y desesperes al intentar conocerme, que llegará un momento en que deje de huir, de vivir en una burbuja de cristal y que cuando eso ocurra, todo un mundo podrá cambiar.
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No hay cuestión más relativa que la de conocer a alguien, creer que sabes quien es, como es y que será, pero a esa gente tan ... o mejor aún, a todos aquellos que nos creen conocer, ¿ qué sabréis vosotros? Si después de todo no habéis vivido ni un ápice de nuestra miseria.
Yo viví, soñé, lloré, reí y anhelé más de lo que jamás podréis imaginar; y de todas esas veces que más fuerte sentí y experimenté mis emociones, nadie, ni nada, se percató de ello. Nadie ni nada me vio llorar, nadie ni nada disfrutó a mi lado entre risas, nadie ni nada sabe por donde vagué, nadie ni nada sabe todo lo que viví. Así que, ¿ quién eres tú ? caminante errante por mi vida, que pasa una vez cada mil días, y nunca ve más allá de lo que hay en el rostro. Fuiste incapaz de reconocer mi voz quebrándose, mis ganas de gritar, mi deseo de demostrarte cuan poco sabes de mi.
Y ahora, fíngo que tienes la razón, que aciertas sobre mi, solo por ver que pasará el día en que descubra mi velo, el día en que veas mi verdadero yo y comprendas cuan largo viaje he caminado.
Caminante errante, ¿ qué es lo que quieres de mi? Lo único que me ata a esta vida es buscar la razón de mi existir, no sé a donde ir, donde buscar ni que hacer. ¿ Por qué estás en mi vida? Si en la tuya no hay hueco para mi, si solo soy una persona sin destino que navega a la deriva por el mundo. ¿ Por qué me miras queriendo saber que se oculta tras mis ojos? Si solo soy un mero fantasma que desaparecerá en cuanto te gires.
De la vida aprendí que para ser alguien no necesitas nada, que tus mayores logros no dicen quién eres y que creer que eres alguien te hace volverte nadie. Y así aprendí, crecí y viví, siendo nadie y volviéndome alguien; pues no era más que una de las miles y miles de personas que vivían en este remoto trozo de tierra, entonces, ¿ por qué soy alguien? Porque hay al menos una sola persona que me ha hecho ser ''ese alguien'' para ella.
